La Chachipedia: El Hámster

Los hámsteres son animales vertebrados del grupo de los mamíferos. La mayoría son originarias de Oriente Medio y del sureste de los Estados Unidos. Al ser muy fáciles de criar en cautividad, son ampliamente usados como animales de laboratorio y como mascotas.

El hámster de campo europeo es el de mayor tamaño de todos, mide entre 20 y 35 centímetros de largo, con una cola que oscila entre 2 y 5 centímetros de longitud.

Características generales de los hámsteres

Todos los hámsteres se caracterizan por tener unas bolsas en el interior de la boca para almacenar el alimento y transportarlo, y van desde las mejillas hasta los hombros. Estas bolsas se llaman abazones y son muy amplias y cuando las llenan de alimento parecen estar hinchadas. Los hámsteres pueden guardar los alimentos en estas bolsas durante un día entero y comer el alimento cuando les apetezca.

Los hámsteres son animales de hábitos nocturnos, es decir, están activos durante la noche y duermen la mayor parte del día. Una de las características que más llama la atención sobre este animalito, es que es muy pulcro, le gusta limpiarse constantemente. En la naturaleza, el hámster vive en cuevas que conforman un sistema de túneles donde tienen distintos departamentos que sirven de almacén, baño, habitación, etc.

Los hámsters tienen un hábito que aunque a nosotros nos pueda parecer repulsivo, es beneficioso para ellos, y es la costumbre de comer sus propias heces. Hacen esto para obtener más nutrientes de los alimentos, debido a que en la naturaleza en ocasiones el alimento escasea y ante ciertas circunstancias ellos tienen que nutrirse como sea.

La alimentación de los hamsters puede basarse en piensos secos (forraje) preparados exclusivamente para ellos, que se consiguen en tiendas para mascotas, o alimentos que podemos tener en casa, ya sean cereales como el maíz, semillas de girasol o calabazas (nunca salados); vegetales como la lechuga, espinaca, acelga, zanahoria o coliflor (nunca patatas); frutas como manzanas, peras o bananas; alimentos vivos como gusanos de la harina, grillos o saltamontes (comprados en tiendas para mascotas, nunca de tu jardín porque pueden tener pesticidas); y frutos secos (nunca salados). Es fundamental que consuman heno, ya que aporta las fibras necesarias, ayuda a tener una digestión saludable y favorece el desgaste de dientes. Las frutas y verduras deben estar bien lavadas. La comida se le debe dar a temperatura ambiente, cruda y en pequeñas proporciones, generalmente de noche, ya que son animales nocturnos. Nunca debemos darles sobras de nuestra comida, ya que contiene sal que es perjudicial para su salud.

Los hamsters, al ser roedores, necesitan algo para roer, por lo que una vez a la semana se les deberá proporcionar ramas para que puedan roer.

Los hámsters son muy activos y les gusta corretear fuera de sus jaulas y explorar todo a su alrededor, como no pueden hacerlo todo el tiempo sino cuando los sacamos de sus jaulas, ellos gastan toda su energía corriendo en sus ruedas de ejercicio. Aunque son un poco tímidos y tienden a esconderse cuando no conocen a las personas, ellos saldrán de su cueva en cuanto vean a su dueño.

El hámster dorado o sirio

El hámster dorado o sirio es el más común como mascota. Puede medir cerca de 15 cm, es originario de Siria y tiene una esperanza de vida de unos 3 años. Su pelaje más habitual es de un tono marrón claro y blanco en el vientre aunque a veces son de pelaje amarillo claro.

Pesa unos 120 gr y tienen ojos grandes y de color negro. Sus orejas son pequeñas y redondas, las patas cortas y el hocico puntiagudo y lleno de bigotes.

Los hámsteres dorados son muy territoriales, y suelen pelearse hasta la muerte si se mantienen en una misma jaula con otros miembros de su especie. Sin embargo son cariñosos y afectuosos con las personas.Una vez llegados a la edad adulta les gusta jugar con la rueda.

A pesar de que a los hámsters no les gusta socializar con otros hámsters, estos pequeños gustan de interactuar con los humanos. Son muy dóciles y se dejan agarrar sin problema, sin embargo, si se asustan o son manipulados rudamente pueden morder.

Los hámsteres sirios o dorados tienen el período de gestación (embarazo) más corto (16-18 días) de todos los mamíferos con placenta. Las crías no deben tocarse al menos durante la primera semana de vida.

Los hámsteres sirios fueron las primeras especies criadas con el fin de ser usados en laboratorios científicos. Ahora, esta especie presenta más de 40 colores diferentes debido a la cría en cautiverio. Sin embargo, en la naturaleza, los hámsteres sirios están prácticamente extintos debido a la destrucción de sus hábitats naturales.

Los hámsteres dorados, sin embargo, son extremadamente territoriales y pelearán con cualquier otro hámster que viva en la misma jaula, llegando incluso a matarse entre ellos.

Los hámsteres enanos

Otros hámsteres muy empleados como mascotas son las cuatro especies de hámsteres enano. El más común de los cuatro es el hámster ruso enano.

Se suele confundir con el hámster enano de Campbell, de aspecto similar aunque ligeramente más pequeño; ambos tienen la mitad del tamaño del hámster dorado.

El hámster enano Roborovski, de tan sólo 4 o 5 cm es extremadamente hiperactivo. Su pelaje es de color café.

El hámster chino, el único hámster con una cola prensil, que suele medir unos 4 cm (la mayoría de los hámsteres tienen colas muy cortas y no prensiles). Los hámsteres chinos pueden alojarse en parejas o grupos, pero requieren una jaula relativamente espaciosa para poder vivir pacíficamente. Aunque son de naturaleza muy plácida, las hembras de hámster chino tienden a volverse agresivas con cualquier macho que comparta la misma jaula cuando están preñadas.

Hámsteres como mascotas

El cuidado de todos los hámsteres como mascotas es fundamentalmente similar, pero hay diferencias en la alimentación y las necesidades de alojamiento. Los hámsteres enanos son muy territoriales, no es preferible tenerlos en jaulas junto con otros hámsteres. Sean del mismo género o no.

Los hámsteres pueden tenerse en casa alojados en jaulas y terrarios, ambos adquiribles en tiendas de animales. Las jaulas son más fáciles de trasladar, el animal puede usar sus barrotes para escalar y ejercitarse, y suelen tener una puerta frontal muy útil para las tareas de limpieza y mantenimiento. Por otra parte, los terrarios evitan que puedan caer heces y desechos fuera, permiten una mejor visión del hámster en su ambiente, y forman un conjunto interior más tranquilo y protegido para el animal. En general, los terrarios son más adecuados para los hámsteres enanos, que son más sensibles a los entornos intranquilos, y que de otra forma necesitarían jaulas con un espacio muy estrecho entre los barrotes para evitar que escapasen entre los mismos. Los hámsteres de tamaño medio, como el dorado, disfrutan mucho trepando por los barrotes. La escalada además supone un riesgo para el hámster, que puede pillarse una pata en los barrotes y rompérsela.

A pesar del pequeño tamaño de los hámsteres, un alojamiento adecuado debería tener siempre una superficie de por lo menos 30 x 60 cm, y un techo resistente, ya que son escaladores sorprendentemente buenos. Las cajas y terrarios cerrados no deben ser más altos que anchos, para permitir una adecuada circulación del aire. Aunque de tamaño más pequeño, los hámsteres enanos deben tener habitáculos más grandes que sus primos mayores, de por lo menos 40 x 80 cm, ya que son especies muy activas que corren y escarban mucho, y suelen tenerse varios ejemplares a la vez; además, es más difícil sacarles de su alojamiento, ya que su pequeño tamaño aumenta el riesgo de accidentes o fugas.

Las mejores condiciones ambientales para tener un hámster se dan en una habitación bien iluminada, con una temperatura constante y moderada de entre 18 y 26 °C, apartado de la luz solar directa, que podría provocarle una hipertermia. Es también muy importante evitar las corrientes de aire, especialmente si se usa una jaula de barrotes de alambre. Aunque no pueden ver a distancias demasiado largas, los hámsteres están más relajados y curiosos cuando se les ubica en una posición más alta que el suelo (por lo menos 65 cm), desde la que puedan otear a su alrededor.

El suelo del habitáculo donde viva un hámster debe estar cubierto con una capa suficientemente gruesa de arena para roedores, incluyendo los niveles intermedios si los hay. Puede comprarse muchos tipos de la misma en cualquier tienda de animales. Las virutas de álamo son completamente seguras, así como la basada en pulpa de papel reciclada, que además absorbe bien los olores.

Los hámsteres construyen nidos para descansar en un rincón seguro y confortable de su jaula o terrario, por lo que necesitarán un suministro adecuado de trozos de papel o tela; debe evitarse el papel de periódico, ya que las tintas comerciales podrían darles problemas de salud en caso de ingestión.

La posibilidad de darse un baño de arena (si la tienen disponible) proporcionará a los hámsteres una estupenda distracción, y les ayuda en su limpieza; en el desierto, su hábitat natural, los hámsteres ruedan por la arena para limpiar sus pelajes y prevenir el exceso de sebo en los mismos. Este tipo de actividad les gusta especialmente a los hámsteres enanos. Puede fabricarse un baño de arena llenando un plato con arena limpia. Es importante usar un plato que no pueda volcarse ni tumbarse, por lo que es preferible que sea de cerámica pesada o metal.

La limpieza regular del hogar de un hámster es algo crucial para la salud del animal. El habitáculo debe ser limpiado por lo menos una vez a la semana, reemplazando el material que cubra el suelo de ser necesario. Los hámsteres son muy regulares en sus hábitos de limpieza. Suelen elegir un lugar concreto para defecar y orinar, simplificando la tarea a su cuidador. Las jaulas de hámsteres enanos pueden limpiarse con menos frecuencia, por ejemplo una vez cada dos semanas, y suele tener varios espacios destinados a las heces, normalmente ocultos. No es necesario emplear productos químicos agresivos, basta con agua templada jabonosa. Los hámsteres se orientan principalmente mediante el olfato, de modo que es importante conservar parte del sustrato y el material empleado en el nido, y reubicarlos en su lugar tras acabar la limpieza; de otro modo, el animal tardará en reconocer de nuevo su "hogar" lo que le desorientará y provocará una tensión innecesaria.